Martes 13

6:50 am
Suena su teléfono
alguien la llama
ah no, su maldita alarma.
"Hola amor, ¿cómo amaneciste?"
no le contesta
se queda dormida.
7:30 am
No puede dormir
escucha The kooks
seguro se quedó dormido, piensa.
Primera llamada
no contesta
segunda llamada
igual.
10:00am
Ella en un avión
el avión cayéndose
se despierta
fue pesadilla.
11:00 am
Lo extraña
de verdad
no sé qué me ha hecho, dice.
Lo ama
es el amor de su vida.
1:00 pm
Prende la terma
se desnuda en el baño
un tatuaje en las costillas...
con lápiz labial.
Abre la ducha
toca el agua caliente
termina y tropieza
se saca la mierda, otra vez
se queja 
te odio coxis
no puede moverse
hay sangre en el piso
se miró a si misma
no podía creerlo.
Había muerto 
y nunca pudo hablar con él.

Orquídea de amor

El amor es como una orquídea. Para mantenerla viva tenemos que regarla cada día, incluso hasta cortar su maleza. El amor es igual. Se trata de ser amable y atento, de cortar o simplemente suprimir lo que hace daño. Regarla para que se mantenga fuerte y crezca cada día más. La orquídea necesita de cuidados, el amor también. El amor está hecho para la felicidad del ser humano. ¿Para qué tener todo si no tenemos con quién disfrutarlo?
El amor es la respuesta a todo, es el camino a la felicidad. Y el día de nuestra muerte, el amor es lo que único que quedará.

Día 5

Ver tu cara en tiempo real es como mi medicina, mi Humorap, mi Rivotril, mi Ritalin.
Mi droga, mi Clonzepan y mi Valium.
Todas mis dudas desaparecen y mi seguridad aumenta como relieve.
Mi bipolaridad no me asusta.
Mentiría si digo que estoy viviendo en tiempo real o soy yo en otro plano.

Mi imaginación me sube a un taxi y me lleva a no sé dónde, me lleva al encuentro con alguien que no sé. Me encuentro en un lugar que nunca he visto, como si estuviera en otra ciudad... Me gustaría preguntar al señor del taxi, pero me intimido y derrepente en la radio suena Green Eyes de Coldplay y me acuerdo de tus green eyes. Y mi cabeza retumba como un taladro y me imagino situaciones contigo, caminando por avenidas y calles nunca antes conocidas. Abrí los ojos y miré por la ventana del taxi, pero no logré reconocer mi ubicación actual. 
¿Será un secuestrador?¿Es un sueño? ¿Una pesadilla? Me sentía dopada, no sentía mis párpados ni mis piernas. Mi pelo corto y despeinada. Mi cuerpo diferente con un vestido azul marino.  Lo más raro es que tenía un reloj en la muñeca y yo que nunca tuve el tiempo en mis manos. 

- Señorita, ¿está bien si la dejo acá?
- Si si, supongo.

Lo que vino después fue pensar que me bajé de un taxi sin pagar. No entiendia ni un carajo y obviamente pensé que estaba soñando. Dije que iba a disfrutar el momento hasta que mi despertador suene. Pero seguía caminando sin rumbo fijo. Cada paisaje era más hermoso. Podía sentir la brisa de los árboles y el olor del pasto. 
Ver a los niños jugar y corriendo de un lado a otro, ancianos sentados leyendo algún libro. Y yo estaba ahí sola, arreglada y caminando como siempre en todos mis sueños.
Seguía caminando como si supiera mi destino, como si nada ya me importara, como si el pasado estaría de vuelta por mí, como en la salida de un psiquiatra y después de una sobredosis de tranquilizantes y somníferos. Me desconocía por completo, no era yo simplemente, me sentía menos niña, menos voluble, menos sensible.  Me sentía una mujer. No sabía si este camino sin fin me cansará. Lo único que sabía es que me bajé de un taxi sin pagar y alguien me esperaba en algún lugar que no sé.

Día 4

¿Alguna vez les ha pasado que están en un lugar y al mismo tiempo no están?
Ella es un ser de otro planeta. De otra dimensión. Y es un secreto.
Estaba sentada mirando al televisor mientras una mujer hablaba sin parar.
Tiene que hablar con su psico analista todos los días. Le cuenta lo que ve.
Liberación.
Es un don, le dijo.
Salió y caminó sin rumbo fijo, ella era así, distraída y casual. 
Tenía un libro en la mano a mitad de terminar.
Llegó a un parque y se tumbó en el grass.
No se acuerda cuando tiempo pasó, quizás 1 o 2.
Alguien se paró frente a ella tapando el sol.
Su rostro radiante le pareció familiar, como un dejavu. 
Era una mujer adulta no sé, sólo era muy hermosa y cálida. No tardaron en entrar en confianza e iniciaron un tema de conversación.

No sabia cuánto tiempo había pasado. Hablaron de amor, de la generación actual, de tecnología, de ciudades remotas y maravillas del mundo. Tenían algo en común: Francia, París, Torre Eifel. Ambas sentían que habían encontrado a su alma gemela, como una mejor amiga, aunque la diferencia de edades era notoria.
Antes de que cada una tomara su propio rumbo, la mujer le dijo:
"Creo que el amor está en todos lados, en lo que hacemos, en la familia, en los amigos y amigas. El amor en el amor de tu vida, en la pasión de cómo hacemos las cosas. El amor es paciencia, tiempo y tolerancia. Nunca pierdas la esencia de demostrarle a alguien que es importante en tu vida. Nunca dejar las cosas atrás. Porque si no se valora, va perdiendo autonomía, distante y aburrido. Aunque el amor no se pueda ver físicamente, se presente espiritualmente todos los días, en cada parte de ti. La belleza en un futuro dejará de ser importante, somos energía y materia, tú serás otra.

Cuando llegó a su casa, había una carta en la mesa. No tenía remitente.

"Yo no escribo para el viento, solo tatuo de mí tus pensamientos. Enciendes la llama en cenizas que ya no hacen más que un hasta luego. Y te sueño cuando de locos hablan los cuerdos. 
Puedo decir que hay noches frías pero esta soledad va congelando mi cuerpo. Trovador de historias de verano que hace de años no pasa el amor por aquí. Si de mi calle fuera mártir, de mis pecados sería el más santo de todos.
Por qué no bucear en esos momentos cuando no te medicas y puedo rozar con mis faltas dialécticas graves tus ojos. Es que mi más letal espada se desenvaina con la forma de leerme de querer...
Hoy por qué mentir que desearía que me cantes al oído y saber que existo en tu ruido de esos que solo sabes a la nota llegar de vez en cuando. Tal vez en tanto se dispersen los cuerpos y sean las sombras que en segundos pierden su juego. A oscuras en mentiras que si no hay deseos, seguirías queriendo decir mil te quieros, sin que todo lo cerca y lejos en cuatro paredes sea nuestro.
Aférrate a la vida y tus ganas carnales, aférrate a los que se sientes y si puedes un rosario para el día de luto, después del duelo. Yo ya no paso por la misma calle y duermo en la misma cama. Una que espera ser desordenada y mojada antes de dormir.
Y sin tener naves, puedo llevarte al mejor vuelo, la de mi imaginación."

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No sabía quién era, pero parecía como si la conociera, pero no era así.

Era un sueño, que tal vez en un futuro cercano pasará.

Dia 2

Guardarte las cosas no hace bien. 
Ermitaña, hasta el punto de odiar la soledad.
Persona de pocos amigos.
Soy adaptable por un tiempo.
Luego me alejo...
Todo se conecta, todo regresa.
Intensa, inconstante.
Me aburro rápido y al final no queda nada.
Invento conversaciones que nunca pasarán, frente al espejo.
Muecas y expresiones que no puedo controlar.
Me gusta bailar sola en mi cuarto.
Planificadora, aunque ahora prefiero la espontaneidad.
Atea con insomnio.
Adicta al cine.
Escritora frustrada.
Soñadora por don y excelencia.
y morir joven.

Café desnudo

Cansada decidí tomar una siesta, me pregunté dónde te habías metido y pensé que tal vez preparabas café y dormí. Me quedé así por un buen rato, no sé cuanto tiempo habrá pasado. Todo estaba oscuro y entreabrí los ojos. Me pareció conocida la silueta desnuda apoyada en la puerta, eras tú sin el café. Me acurruqué. Te echaste a mi lado y te apiarné, supongo que se dice así, porque te abracé con las piernas por el frío.
Nos miramos sin decir palabra alguna, muy sorprendida y para romper el silencio te pregunté si querías preparar el café, desnudos, los dos.

El novio y la amiga

Estaban dos enamorados, juntos de la mano y se decían todo el amor que se tenían uno del otro. Él le dijo que haría cualquier cosa por ella, porque quería verla feliz. Ella nerviosa lo abrazó y le dijo que si no soportaba la operación, que nunca se olvide de ella y que lo ama con todo su corazón. Él le dijo que todo iba a salir bien, que los trasplantes es cosa de todos los días y que él siempre estará a su lado.

Después de media hora, ella en el quirófano bajo los efectos de la anestecia general comenzó a sentir como su cuerpo se adormecia y sus ojos tomaban peso cerrándose ligeramente.
Cuando despertó, vio que su mejor amiga estaba a su lado, y le preguntó donde estaba su novio. La mejor amiga con una tristeza en los ojos le dijo:
Quién crees que fue el donante, él quiso serlo, te dio su corazón, te amaba.

La joven comenzó a llorar de pena y la amiga la abrazó y le dijo:
-no llores, él está en el baño, ahora viene...

Cigarro

Soy un cigarro, no un cigarro cualquiera, un cigarro de tabaco suave y caro. Él me toma y con sus dedos me aprieta y me lleva a su boca. Puedo sentir las caricias de sus labios que me inhala y me excita. Poco a poco me voy consumiendo. Y con la adrenalina de su respiración, mi libido aumenta y las cenizas se calientan tal cual metal al sol. Siete minutos después, él satisfecho y yo muerta, me tira al piso y con la zuela de su zapato me apaga lentamente. Pero feliz de que el humo de nuestro amor quede impregnado en sus pulmones de por vida.



Ella o yo

Hasta ayer pensé que Clarita se había ido, pero no.

Ella, tal cual hiedra venenosa, descansaba en su lecho donde mi alma es su raíz y mis sueños su alimento. Nunca imaginé como sería su rostro, solo sabía que era delgada, muy delgada. Ahora, triste y difuminada, no pude ver su silueta en mi sueño.
Me encontré cara a cara con ella y vi mi reflejo en sus ojos. De pronto me encontré hace un año, exactamente en Abril.

Nunca supe como lidiar con los problemas y hasta el día de hoy me pregunto cómo sigo viva.

Siempre la negaba ante todos, de hecho, la defendía de cualquier comentario ofensivo. Cada día me absorbía y en el frío me atrapaba y ella lo disfrutaba.
Mi única amiga desde aquella noche fría y olvidada, ella me consolaba y me cantaba voces en mi cama. Me acurrucaba en su maldad distorsionada que tiempo después quedé yo afectada.

Nadie me daba importancia aquel entonces, solo cerré los ojos y viajé por casi siete meses, el número de la suerte, por un camino largo y abstracto en búsqueda de lo que había perdido o alguien se lo había llevado.

Todo pasó muy rápido.

Quería ser como ella, perfecta y sarcástica. No medía mis emociones y palabras. Mi mente me controlaba, ella me controlaba tal cual un títere de la madera más frágil y cara.
Ahora era dueña de mi cuerpo y pensamientos.
Mi ansiedad de la vida se perdió, tal ves las ganas de vivir se desvaneció o quedó en los ravioles que comí.

Yo la busqué en mi interior y quedó ahí para siempre. Pude doparla un buen tiempo y ahora busca a su esclava que algún día quiso ser como ella y lo logró.
No sé quién ganará esta vez... ¿Ella o yo?
Lastimosamente Clarita soy yo.


Cuento francés del siglo 21

Había una vez un pan francés llamado Don Fermín.
Don Fermín solía tomar sol en la ventana de la cocina para conservarse fresco.
Don Fermín acompañado de su hijo Migajito no usaban bloqueador.
Ambos tenían la suerte de no ser degustados por los patrones e invitados.
Un día, la fe de Don Fermín fue puesto a prueba.
Pues, Migajito iba a ser devorado por un sujeto que buscaba sin reparo algún alimento que satisfaga su estómago rugiente, tal cual un león hambriento.
Don Fermín saltó de la alacena a la mesa haciendo uso de sus cualidades heroicas que por cierto no dieron resultado.
Cracjhfdck!, Don Fermín se fracturó la cadera izquierda.
Migajito no pudo ser rescatado de las manos de aquel hombre que manoseaba y arruinaba su bronceado.
Migajito fue sumergido en un taza con leche chocolate caliente.
Don Fermín quedó parapléjico.
Colorín colorado, el sujeto hambriento su cena ha acabado.

Nunca es tarde para volver a empezar

Había perdido la esencia de la vida, las pocas esperanzas que aún quedaba en mis ganas de vivir y de pronto me vi ahí, sentado en la arena blanca y casi perfecta que me envolvía como un cangrejo ermitaño. Al comienzo sentí miedo, era la primera vez en muchos años que la naturaleza se apoderaba de mis cinco sentidos que en ese momento funcionaban a la perfección. El aire y  la brisa del mar se convirtieron en cómplices para hacerme sentir que aún podía respirar libertad, el sonido de las olas en las rocas era la melodía más hermosa que había escuchado y el horizonte se perdía con una simpleza y elegancia tal cual yo había escapado de mi tortura.
Había olvidado como soñar despierto, pero todo lo que veía ese momento era real, tan real que el nudo en mi garganta me estaba ahogando. Eran las seis de la mañana y sabía que en cualquier momento el sol iba ha asomarse sin reparo para mostrarme de lo que me había perdido todos estos años. De pronto, el cielo era una mezcla de azul, morado y rosado con manchas rojas que se esparcían junto con los rayos del sol que golpeaban mi cara. Al instante, mis ojos se cerraron, tenía miedo de abrirlos y despertar de nuevo en mi celda antigua y un poco gastada. Sentí nostalgia.

Me despertó el sonido de las gaviotas y el cielo azul me confirmó que no había sido un sueño. No sabía qué hacer o qué haría, no sabía qué seguía después de todo lo pasado y vivido, no tenía hambre ni sueño y un sentimiento de angustia se apoderó de mi mente. No tenía a nadie en la vida, solo seguía sentado en la arena blanca y perfecta y me sentí afortunado. Todos me estarían buscando, y la familia que solía tener, tal vez ya me había olvidado. Los minutos pasaban mientras recordaba mi vida en la cárcel, me quité lo poco que tenía en el cuerpo, ya era hora de liberarme del pasado. Estoy desnudo como Dios me trajo al mundo, dije.

Mi cuerpo consumido se perdía en el mar y me enamoré. Si mis amigos estuvieran aquí se volverían locos, pensé. Sin embargo, estaba viejo y solo en el lugar más hermoso que había visto en mi vida sin saber qué hacer. Entonces, me di cuenta que la esencia perdida de mi vida nunca cambió estando aquí, pues había vivido mucho y ya no quería más. Una vez más miré al cielo y agradecí haber estado aquí, no importa si fue un sueño o pasó en verdad, simplemente sentí la satisfacción de encontrar la paz y el verdadero significado de la libertad. Me sumergí en el mar y dije: Nunca es tarde para volver a empezar.

36 veces

Lo recuerdo perfectamente, cada instante, cada soplo y ruido del viento. Como un dejavu.
Iba manejando ni rápido ni lento por una carretera la cuál desconozco hasta ahora. 
Todo era mágico e irreal, pero yo seguía esa recta casi tan perfecta que me llevaba por rumbos desconocidos. 
Todo era verde, misma naturaleza en vivo, el cielo azul con nubes voluptuosas. Podía sentir los destellos de sol en mi rostro.
Un efecto de amarillo y anaranjado formaban una capa en la llanura. La piel se me erizaba con tan solo verlo. Si existe la perfección, pensé.
Paré y me estacioné, no sé cómo. Y 36 veces me pregunté, ¿dónde estoy?
Y 36 veces desperté sin saberlo.
Y 36 veces encontré la paz.
Que alguien me diga si existe este lugar.