Día 4

¿Alguna vez les ha pasado que están en un lugar y al mismo tiempo no están?
Ella es un ser de otro planeta. De otra dimensión. Y es un secreto.
Estaba sentada mirando al televisor mientras una mujer hablaba sin parar.
Tiene que hablar con su psico analista todos los días. Le cuenta lo que ve.
Liberación.
Es un don, le dijo.
Salió y caminó sin rumbo fijo, ella era así, distraída y casual. 
Tenía un libro en la mano a mitad de terminar.
Llegó a un parque y se tumbó en el grass.
No se acuerda cuando tiempo pasó, quizás 1 o 2.
Alguien se paró frente a ella tapando el sol.
Su rostro radiante le pareció familiar, como un dejavu. 
Era una mujer adulta no sé, sólo era muy hermosa y cálida. No tardaron en entrar en confianza e iniciaron un tema de conversación.

No sabia cuánto tiempo había pasado. Hablaron de amor, de la generación actual, de tecnología, de ciudades remotas y maravillas del mundo. Tenían algo en común: Francia, París, Torre Eifel. Ambas sentían que habían encontrado a su alma gemela, como una mejor amiga, aunque la diferencia de edades era notoria.
Antes de que cada una tomara su propio rumbo, la mujer le dijo:
"Creo que el amor está en todos lados, en lo que hacemos, en la familia, en los amigos y amigas. El amor en el amor de tu vida, en la pasión de cómo hacemos las cosas. El amor es paciencia, tiempo y tolerancia. Nunca pierdas la esencia de demostrarle a alguien que es importante en tu vida. Nunca dejar las cosas atrás. Porque si no se valora, va perdiendo autonomía, distante y aburrido. Aunque el amor no se pueda ver físicamente, se presente espiritualmente todos los días, en cada parte de ti. La belleza en un futuro dejará de ser importante, somos energía y materia, tú serás otra.

Cuando llegó a su casa, había una carta en la mesa. No tenía remitente.

"Yo no escribo para el viento, solo tatuo de mí tus pensamientos. Enciendes la llama en cenizas que ya no hacen más que un hasta luego. Y te sueño cuando de locos hablan los cuerdos. 
Puedo decir que hay noches frías pero esta soledad va congelando mi cuerpo. Trovador de historias de verano que hace de años no pasa el amor por aquí. Si de mi calle fuera mártir, de mis pecados sería el más santo de todos.
Por qué no bucear en esos momentos cuando no te medicas y puedo rozar con mis faltas dialécticas graves tus ojos. Es que mi más letal espada se desenvaina con la forma de leerme de querer...
Hoy por qué mentir que desearía que me cantes al oído y saber que existo en tu ruido de esos que solo sabes a la nota llegar de vez en cuando. Tal vez en tanto se dispersen los cuerpos y sean las sombras que en segundos pierden su juego. A oscuras en mentiras que si no hay deseos, seguirías queriendo decir mil te quieros, sin que todo lo cerca y lejos en cuatro paredes sea nuestro.
Aférrate a la vida y tus ganas carnales, aférrate a los que se sientes y si puedes un rosario para el día de luto, después del duelo. Yo ya no paso por la misma calle y duermo en la misma cama. Una que espera ser desordenada y mojada antes de dormir.
Y sin tener naves, puedo llevarte al mejor vuelo, la de mi imaginación."

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No sabía quién era, pero parecía como si la conociera, pero no era así.

Era un sueño, que tal vez en un futuro cercano pasará.

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