Amorefímero

Y el día llegó,
así como llegan las golondrinas sin avisar,
y su intuición olvidada, no se equivocaría.
Manos frías sudando
piernas torpes temblando
y el corazón...trillado una vez más.

Y la noche llegó, y lo vio
así como la pupila a los primeros rayos del sol
cegados de tanto amor
y el último cigarrillo que quedaba se terminó.

Esa canción de los dos en la estación sonando,
las mismas almas de siempre caminando
y ellos dos parados, se miraron,
sin poder evitar,
sonreír y reír,
como esas risas que se confunden con felicidad 
o ansiedad.

Ni una palabra inmutaron
ni las golondrinas saludaron
ni el viento, ni él, ni yo
como dos amores efímeros
en la ciudad gris
como fueron los primeros
en no aprender a darle fin.