Break

Pareciera como si el mar no tuviera contraste con el cielo, como si no hubiera línea divisoria y fuera una manta bordada por una lluvia de cristales que se mueven en ondas de forma diagonal a 27 grados.
Sin dejar de lado a una ausente palmera, joven y atractiva observando el conflicto entre estos dos elementos y justo en la copa, la línea divisoria se asoma.

Malecón de Miraflores, Octubre, 2014

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