36 veces

Lo recuerdo perfectamente, cada instante, cada soplo y ruido del viento. Como un dejavu.
Iba manejando ni rápido ni lento por una carretera la cuál desconozco hasta ahora. 
Todo era mágico e irreal, pero yo seguía esa recta casi tan perfecta que me llevaba por rumbos desconocidos. 
Todo era verde, misma naturaleza en vivo, el cielo azul con nubes voluptuosas. Podía sentir los destellos de sol en mi rostro.
Un efecto de amarillo y anaranjado formaban una capa en la llanura. La piel se me erizaba con tan solo verlo. Si existe la perfección, pensé.
Paré y me estacioné, no sé cómo. Y 36 veces me pregunté, ¿dónde estoy?
Y 36 veces desperté sin saberlo.
Y 36 veces encontré la paz.
Que alguien me diga si existe este lugar.